Señores del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito: no es una simple cuestión de aficiones. Es un asunto de fondo y de principios. Si, en verdad, quieren hacer de Quito una mejor ciudad, empiecen por lograr que los votantes asuman las consecuencias de sus propias decisiones, las cumplan y acaten como debe hacerse con las leyes, aunque uno no esté de acuerdo.
En lo personal, prefiero cabalgar a lidiar. Como, sin aspavientos, carne de toro. No niego la bravura natural del toro de lidia; pero creo fervientemente que un hombre armado de espada y engaño no es contrincante cotejado para un toro bravo (previamente picado, banderilleado, desangrado, mucho menos a 2.800 metros sobre el nivel del mar). La razón, siempre, le pondrá en superioridad de condiciones.
Ni la bravura del animal ni el arrojo del torero están en duda. No pasa la cosa por definirse como matador de toros o asesino de toros. El punto es: respetar la Ley como buenos ciudadanos, o burlarnos de ella, como buenos bribones.
.jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario