Pero en el momento de ver el aspecto jurídico de esta decadencia, hay dos posiciones que se esgrimen. Unos que explican los hechos por el incumplimiento de los principios constitucionales del texto de Montecristi. Otros, entre los que me encuentro, identificamos que es ese propio texto, por sus ambigüedades, por sus mañosos dispositivos para el control del poder y por la vacuidad de su retórica. el elemento fundamental del actual desastre.
Son discrepancias importantes, pero la verdad es que, si queremos sacar al país de esta repugnante decadencia, tendremos que encontrar mecanismos para poder dialogar y encontrar salidas a esta situación, en la cual la mala conducción socio-económica nos ha colocado.
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