La virtud y el vicio.

La virtud y el vicio.

Si tomamos la idea de virtud como la eficacia de un acto para conservar o restablecer la salud corporal, entiendo yo entonces que lo sano es virtuoso y lo tóxico es impuro.

Es decir, lo sano es bueno (porque ayuda a la buena vida) y lo tóxico es malo (porque destruye la buena vida).

En conclusión, sólo el bien es una actitud de vida virtuosa, al contrario del mal que es una actitud de vida viciosa. El intelecto (el conocimiento) puede ser empleado ya sea para el mal (destruir) o para el bien (construir). Sólo el intelecto que es empleado para el bien (la práctica diaria del respeto, la honestidad, la humildad, la templanza, la solidaridad, la ecuanimidad, etc.) es considerado sabio (virtuoso). Y sólo con su práctica cotidiana y consciente puede el individuo alcanzar la sabiduría (el verdadero conocimiento de la vida).