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viernes, 7 de octubre de 2011

Frente a grandes males... - 14/Julio/2011 | Explored | Archivo de Noticias de Ecuador

Una brevísisma reseña del alcance de la heroica gestión del cónsul Manuel Muñoz Borrero.
Ecuador y la gran mayoría de naciones no lograron impedir el Holocausto, una de las más tristes páginas de la historia universal. Es verdad que nuestro país acogió a numerosos refugiados del odio nazi, pero no tuvo una política deliberada de auxilio a los perseguidos por el fascismo hasta que se unió a la coalición aliada comandada por Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética. Es indispensable tener presente este panorama para comprender el alcance de la valerosa gestión de Manuel Muñoz Borrero. Imaginémonos: el cónsul de un país perdido al otro lado del mundo, sin mayor peso diplomático ni el apoyo de su Gobierno, un buen día decide emitir documentos de viaje ecuatorianos para salvar vidas extranjeras. Suecia le descubre y pide al Gobierno del Ecuador retirarlo del cargo. A pesar de haber sido destituido, Muñoz Borrero continuaría por varios meses emitiendo visas y pasaportes a perseguidos por los nazis, sin obtener ganancia personal –como ocurrió con ciertos otros representantes diplomáticos de otras naciones- y a sabiendas que se hallaba bajo vigilancia de los servicios secretos. El cónsul Muñoz Borrero y sus "desacatos" no aparecen mencionados en las historias de la acción exterior ecuatoriana. Investigaciones en Israel y declaraciones de personas que salvaron sus vidas gracias a su gestión, trajeron a la luz el drama de un ecuatoriano que respondió con valentía personal a los peligrosos desafíos en una época de terror y persecución. Muñoz Borrero es el único ecuatoriano que ha sido reconocido entre las personas que corrieron riesgos para salvar a judíos del terror nazi. Poco se conoce en el Ecuador de su testimonio de humanismo y coraje frente a la tiranía, de compromiso personal a favor de los derechos fundamentales de las personas, sin distinción alguna.

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